A pesar de las prometedoras ventajas que ofrece la tecnología de impresión 3D en la industria alimentaria, su aplicación enfrenta diversos desafíos.
Una de las preocupaciones principales es la calidad de los productos resultantes, especialmente en términos de sus propiedades mecánicas, que suelen ser inferiores debido al proceso de producción en capas. Además, la resolución de las superficies escalonadas suele ser insuficiente, lo que puede requerir un procesamiento adicional para alcanzar los estándares deseados.
La velocidad de impresión 3D sigue siendo relativamente lenta en comparación con otras tecnologías existentes. Por lo tanto, el comportamiento reológico y térmico de las técnicas de impresión 3D multimaterial es difícil de controlar, lo que representa un desafío significativo para su aplicación en la industria alimentaria.
Uno de los mayores obstáculos para la adopción generalizada de la impresión 3D en la producción de alimentos es su elevado costo. Esto limita su viabilidad en el sector comercial actual, donde la eficiencia económica es un factor determinante para la implementación de nuevas tecnologías.
Para superar estos desafíos y hacer que la impresión 3D sea más accesible y efectiva en la industria alimentaria, es fundamental abordar varios aspectos clave, como la optimización del tiempo de producción y la inversión inicial del proceso, además de la expansión de los materiales imprimibles, que actualmente son limitados en su variedad.
De igual forma, se requiere un esfuerzo continuo para mejorar la precisión y el acabado de las superficies producidas, lo que garantizará la calidad y la aceptación generalizada de los alimentos impresos en 3D.
Los dueños de Corporativo Kosmos, empresa líder en la industria alimentaria, reconocen que las nuevas tecnologías en el sector suponen un amplio horizonte de posibilidades para mejorar la calidad, la seguridad y la sostenibilidad de los alimentos.